viernes, 19 de octubre de 2012

El desarrollo de la inteligencia

La inteligencia es el conjunto de funciones mentales que tienen por objeto el conocimiento intelectual y racional. Es, además, una capacidad del ser humano para adaptarse a las situaciones nuevas y hallar soluciones a las dificultades que se presentan.
Es la etapa en la que el niño es más curioso y, a la vez, tiene más capacidad de imitación, de repetición y de aprendizaje. El tiempo de la educación infantil es el momento de la vida del ser humano en el que se experimenta mayor crecimiento cognitivo. Por ello los autores proponen empezar a aplicar su método de enseñanza de las matemáticas, el método ABN, desde la etapa de Infantil, puesto que han podido comprobar que la inteligencia matemática experimenta un importante desarrollo.
Las pruebas del test de Binet-Simon se fueron modernizando y permitieron evaluar el desarrollo de la inteligencia a partir de la edad de 2 años, midiéndola cada seis meses hasta la edad de 5 años y cada año hasta los 14.
El análisis estadístico permite situar al sujeto en diferentes grupos:
Valor del CI
Análisis
Superior a 140
De inteligencia muy superior, superdotado o con una precocidad excepcional (0,4 a 0,8 % de la población)
120 a 140
Caso de inteligencia muy superior o superior o "mejor dotado" (3,5 a 10 % de la población)
110 a 120
Caso de inteligencia ligeramente superior o "bien dotado" (11 a 17 % de la población)
90 a 110
Inteligencia normal o media (45 a 60 %) 
80 a 90
Lentitud mental, inteligencia limitada (15,3 a 17 %)
70 a 80
Zona marginal de insuficiencia, lentitud, debilidad, zona que limita con el retraso mental (6 a 7,4 %)
Inferior a 70
Retraso mental
Una noción reductora
La noción del CI es muy discutida y no necesariamente indica el desarrollo psicológico de un niño. No hay que atribuirle a estas cifras una importancia mayor de la que tienen. El CI es sólo un indicio interesante que debe interpretarse en función del contexto y del resto de observaciones.
Si los estetas hubieran tenido la idea de calcular un coeficiente de belleza, elaborando cálculos en función de lo ancho de las caderas, del largo de la nariz o de la suavidad de la piel, todos se reirían. La belleza es una cualidad demasiado sutil para ser expresada en cifras. Lo mismo sucede con la inteligencia.

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